miércoles, 10 de junio de 2015

¿Quién era Don Diego para el narcotráfico?


Comparado con el histórico capo Pablo Escobar Gaviria, Don Diego formaba parte de la última generación de narcotraficantes, sucediendo parte de las estructuras de mafia dejadas por los hermanos Rodríguez Orejuela.


Evadido de la justicia colombiana por más de siete años, a Don Diego no sólo lo buscaban las autoridades nacionales, sino que se encontraba en la lista de los 10 más buscados por el FBI, en el segundo renglón, después de Osama Bin Laden. Tan importante era para las autoridades estadounidenses, quienes lo piden en extradición, que ofrecían la segunda mayor recompensa por un fugitivo (5 millones de dólares), detrás del líder de la red terrorista Al Qaeda, por quien se darían hasta 27 millones de dólares.

Después de los hermanos Orejuela, posteriormente Iván Urdinola Grajales y Orlando Henao Montoya, el Cartel del Valle empezó a quedar en poder de importantes narcotraficantes: Luis Hernando Gómez Bustamante, alias “Rasguño” (recientemente extraditado a los Estados Unidos), Juan Carlos Ramírez Abadía, alias “Chupeta” (capturado en Brasil), Diego León Montoya, alias “Don Diego” y Wílber Varela, alias “Jabón”.

Con el primero (Rasguño) 'Don Diego' tuvo sociedad y compartieron rutas por las que sacaban la droga fuera del país; con el segundo (Chupeta), había “respeto de capos”. En cambio con Varela, Don Diego tuvo un desalmada guerra de territorios que dejó centenares de muertos por dominar el negocio de la droga en el denominado Cañon de Garrapatas. Incluso esa lucha la reflejaron en páginas en internet donde se lanzaban injurias el uno contra el otro.

Con 46 años y padre de tres hijos, Diego Montoya controlaba el 70 por ciento de la droga que llegaba a Estados Unidos y no sólo tuvo control en el norte del Valle, sino que desplazó su red hacia otros departamentos como el Tolima, donde permaneció un tiempo escondido.

Contrario a las excentricidades de otros narcos, Don Diego no era un hombre al que le gustara ostentar su fortuna, aunque tampoco la ocultaba. Las autoridades antinarcóticos lo tenían como un hombre de bajo perfil y poca vida social. Al momento de la captura, en la finca El Pital, en inmediaciones de Zarzal, salió con una camiseta vieja y en la residencia se encontraron un carro pequeño, un jeep Willis y un caballo ensillado. Ninguno le sirvió para escapar.

Cuando llegó el escuadrón militar en la operación Simeón, ¿Don Diego¿ intentó evadirse por el monte, pero las huellas de una pierna arrastrándose, la que le quedó inmovilizada años atrás por un accidente de tránsito que tuvo en el Tolima, lo entregaron a las autoridades.


Había caído. El gran capo del Norte del Valle, el jefe de la banda “Los Machos” que le sirvió de ejército privado, el “señor de la guerra” y el segundo hombre más buscado en el mundo, aceptó que había sido derrotado. “Perdí, General”, le dijo al general Montoya, a cargo de su captura.

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