La exsenadora Dilian Francisca Toro es investigada por
supuesto lavado de activos, proceso que se le abrió tras descubrirse que ella,
su esposo y su cuñado adquirieron a través de la sociedad Ceiba Verde, varios
predios rurales que en el pasado le pertenecieron a narcotraficantes.
Entre esas propiedades figura la emblemática hacienda San
Miguel, de la que esta revista reveló que en el pasado le perteneció a varios
narcotraficantes, entre ellos presuntos testaferros de Patiño Fómeque.
Cuando ya casi nadie en Colombia hablaba de Víctor Patiño
Fómeque, el confeso narcotraficante exmiembro del cartel del norte del Valle
extraditado a Estados Unidos apareció con una carta firmada de su puño y letra,
autenticada y dirigida al fiscal general, Eduardo Montealegre.
Mira lo que dice “El químico”:
La misiva de dos hojas, fechada y apostillada el 31 de julio
del 2014 en una notaría del estado de Florida, EE.UU., tiene como único
propósito manifestarle a Montealegre y bajo la gravedad de juramento, que él
(Patiño Fómeque) no fue propietario de la hacienda San Miguel y que no conoció
ni tuvo negocios ni con la exsenadora Dilian Francisca Toro y su esposo, Julio
César Caicedo Zamorano.
De igual manera, el confeso narcotraficante advierte que esa
declaración la hace “debido a que he recibido por medio de varias personas, numerosos
mensajes de medios de comunicación interesados aún en este tema; además de
citaciones y búsqueda de entidades judiciales de mi país, para el mismo tema”.
También reconoce que el asunto con la hacienda en mención
pone en peligro su situación, por sugerir que “mantuve o mantengo bienes
ocultos o a nombre de familiares o terceros en Colombia.”
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