jueves, 18 de junio de 2015

Así fue la muerte de Gonzalo Rodríguez Gacha


En una ceremonia de ascensos militares en la Escuela de Cadetes, el general Miguel Maza, director del DAS, y el general Octavio Vargas, comandante de los cuerpos de élite de la Policía, vieron interrumpida una cordial conversación al lado de la piscina por una llamada urgente de Medellín.

Se trataba de un informante del DAS en la capital antioqueña, quien tenía un amigo en Cartagena que sabía dónde estaba Rodríguez Gacha y quería obtener la recompensa de 250 millones de pesos ofrecida por el Gobierno.


Minutos después los dos generales se trasladaron en helicóptero a la dirección de la Policía, en donde se tomó la decisión de enviar un hombre de confianza de Maza a Cartagena a entrevistarse con el informante. La cita se cumplió en el restaurante Nautilus, de la Ciudad Heroica, en la noche del miércoles.

Allí el informante reveló que Rodríguez Gacha, su hijo Freddy Gonzalo y algunos de sus guardaespaldas se encontraban en Cartagena. Una vez transmitida la información se decidió trasladar a 30 hombres del cuerpo de élite al comando aéreo de Barranquilla y acuartelarlos aquí. Al mismo tiempo se dio la orden de que dos helicópteros de la Policía se mantuvieran listos para despegar del aeropuerto de Santa Marta.

Al otro día el general Miguel Gómez Padilla, comandante de la Policía, conoció la información y empezó a trabajar en la operación con sus colegas Maza y Vargas. Rápidamente se montó un operativo de seguimiento en Cartagena que, sin embargo, no resultó del todo discreto.

Rodríguez Gacha se dio cuenta de que le pisaban los talones y en la noche del jueves abordó una lancha rápida con su hijo y cinco de sus guardaespaldas, con destino a la finca El Tesoro, ubicada entre Coveñas y Tolú. En ese momento las autoridades le perdieron la pista. No obstante gracias al informante, comenzó a hacerse un rastreo aéreo de la zona para ubicar la lancha que tenía características claramente identificables. Esta fue detectada en horas de la madrugada, pero ocupada sólo por su conductor.

El helicóptero se le acercó y obtuvo que la lancha se detuviera. El piloto confesó que había dejado a Rodríguez Gacha en la finca El Tesoro y se dirigía a una isla cercana a recoger a un grupo de paramilitares para reforzar la seguridad del narcotraficante.

Con esa información se procedió al diseño de un operativo envolvente sobre la finca. El cuerpo de élite tenía la misión de llegar por aire en dos helicópteros artillados, mientras que la Infantería de Marina cubría un eventual escape por agua.

A la media mañana del viernes los dos helicópteros llegaron a El Tesoro. Con altavoces y sirenas le pidieron a Rodríguez Gacha que se entregara, pero no se obtuvo ninguna respuesta. No había movimiento en la casa y lo único que se veía era un camión Chevrolet carpado, de color rojo.

En un momento se pensó que la información dada por el lanchero era falsa. En consecuencia, uno de los helicópteros empezó a volar hacia Tolú y el otro hacia Coveñas. Sin embargo el que iba hacia Tolú volvió a pasar por encima de la finca y sus ocupantes se dieron cuenta de que el camión rojo ya no estaba. Así se lo comunicó al segundo helicóptero y se inició la búsqueda del vehículo. A menos de dos kilómetros de Tolú el camión fue interceptado y este se desvió por la ruta que conduce a Sincelejo.

Un poco más adelante el vehículo se detuvo y de él se bajaron Freddy Gonzalo Rodríguez y cuatro guardaespaldas, quienes abrieron fuego contra la aeronave. Esta contestó con sus ametralladoras, dando de baja a dos de ellos. Uno de los helicópteros descendió y dejó en tierra a varios comandos de la fuerza élite, quienes se enfrentaron con los dos guardaespaldas sobrevivientes y el hijo de "El Mexicano", dándoles de baja.

En el intermedio el camión continuó su huida seguido por el otro helicóptero. Accidentalmente en esta carretera se encontraba una patrulla de infantes de marina que estaba custodiando una de las fincas del extraditado Eduardo Martínez Romero. Al verlos, el camión se detuvo y de él bajaron Rodríguez Gacha y un guardaespaldas, quienes se internaron en un platanal. Luego el helicóptero comenzó a disparar, tratando de detectar a los fugitivos.

Al cabo de un tiempo Rodríguez Gacha quien estaba armado con un fusil R5 y cinco granadas contestó al fuego, con lo cual fue fácil ubicarlo. El artillero del helicóptero empezó a dispararle a la mata de plátano que le servía de parapeto a "El Mexicano".

Finalmente logró darle en un pie. El disparo lo hizo caer y en ese momento una bala calibre 7.62 le alcanzó la cabeza, tanto que quedó prácticamente desfigurado. Fueron necesarias las diligencias dactiloscópicas para establecer sin duda su identidad.

El epílogo fue la muerte del último de los hombres de Rodríguez Gacha minutos después. Era la 1:45 minutos de la tarde del viernes 15 de diciembre. La búsqueda de uno de los criminales más peligrosos de la historia de Colombia se había terminado.

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